A través de tu ventana
veo otras y otras
como caminos infinitos
que me llevan a la distracción del alma.
Apenas la oigo, apenas la escucho,
su toc toc suena como una flema
en la garganta de un tísico,
su sonido inmóvil se mueve
y ese nervio
que es un gusano
entra a mis oídos
como el martillo de un niño.
Distraes mis ojos
tan similar al barómetro.