Cuando se
te apagó el corazón, con él se apagó el aliento: única luz al final del camino.
Yo vi a una mujer con un vestido rojo al otro lado del río en que recibí mi
nombre. Una niña me dijo que ella era su amante y respondí asintiendo como una
sola verdad aquellas palabras. Soy un
niño y un hombre, la broma de un dios vengativo, igual que su hijo encontré la
gloria y mi cábala fue la misma del hijo muerto. Más allá del silencio sólo los amantes se
juntaban pero mi amante era ella: La que esperaba a los transeúntes más allá del silencio.