Al ebrio su poema de mujer

Una respuesta
que se quedó
tendida al sol.

Las libélulas van bebiendo
del vaso con restos de absenta
y un poquito de polen
de coca pegado a sus labios.

El poema bonito
para vos
que nunca escribiré.

Tus orejas de cáscara
de nuez.

Revés de hoja.

La pitonisa se descubrió los pezones
y acabé entre borbotones
de amargo de angostura
y una canción breve.

Demasiado corto para
dos palabras en un pergamino.

Ya no germinan las margaritas
y mis pasos de borracho
buscan tus dedos de mujer. 

Salgo de la botella
prófugo de abrazos pobres
y kilómetros irreparables
de bicarbonato
para caer en tu ruta de resaca.

Pero aquí te dejo tu poema de mujer.

-FIN-