Desvaríos de Alguien que Perdió el Control

 Se escuchó en la oscuridad y el silencio de la noche el tintineo de unas llaves, un poco de resistencia de la cerradura, luego el chasquido del pasador y el crujir de la puerta al abrir. Atravesó la entrada y encendió la luz. Le recibió el mismo desorden que dejó abandonado en la mañana y se sintió un poco decepcionado de no encontrar la mesa del comedor recogida, la ropa doblada en el ropero y todo el piso barrido y trapeado como por arte de magia. Aspiró el aire de la soledad y se dio por vencido de inmediato. Tal vez el fin de semana, ahora se siente muy cansado, enciende la tele para hacerse compañía del ruido, se tumba en el sillón mientras saca su celular para ver dos cosas a la vez y no ponerle atención a ninguna. En el televisor hay un pastor evangélico, aparentemente en el punto más álgido de su sermón, dando gritos desaforados, respirando pesadamente, acentuando exageradamente las palabras: “¡Sí hermano, ARREPIEEEENTASEEEEE porque son los últimos tiempos, porque hay terremotos, peste y guerras como ha habido siempre en la historia, pero a usted hermano le tocó vivir este tiempo así que como muchos antes de mi por los últimos mil años no me queda otra que decir que son los úuuuuuultimos diiiiaaaassss. Que nos falta poco para que venga el Señor, el vicario, el único, EL GRAN INQUISIDOR ante quien toda rodilla se va a doblar, ante quien todos van a temblar, porque mi deber es infundirle miedo a usted para que tema por su alma y que escuche mi sermón para limpiar su conciencia, para sentirse moralmente superior y vea a todos con un aura de santurronería porque usted sí está preparado, porque usted tiene la bendición, porque usted da el diezmo, porque usted es próspero, porque usted…”

¡Click! Cambió de canal sin poner mucha atención al sermón, ahora una presentadora de noticias hablando de la forma clara, con la dicción impecable como hablan los presentadores de noticias, casi orgullosa,  viendo fijamente a la cámara, es decir, a la pantalla, es decir, a él: “Claro que sí, volvemos con más información y efectivamente da igual lo que diga porque estoy segura que usted está con la nariz enterrada en su celular, pero de todos modos voy a seguir hablando con una voz calma y monótona para relajarlo a usted. En otras noticias, a diferencia del pastor del canal anterior, mi deber no es alarmarlo diciendo que el mundo se va por el inodoro, más bien es presentarle noticias amarillistas acerca de asesinatos, extorsiones y crisis mundiales para encubrir la realidad de la ineptitud del gobierno local de proporcionar un mínimo de salud, educación y seguridad. Aquí estoy poniendo una cara seria pretendiendo que mi equipo y yo hacemos un análisis de la situación global pero en realidad solo leemos lo que redactaron los periodistas de agencias de noticias internacionales que sí hacen su trabajo. A Continuaci…”

¡Click! Una escena de telenovela donde una pareja parece estar discutiendo apasionadamente, el actor le increpa a ella “¡Luisa Fernanda! ¿No te das cuenta? Somos solamente un entretenimiento superficial repleto de clichés y basado en conceptos sociales anticuados.” Ella le da la espalda de forma que los dos quedan frente a la cámara rompiendo la cuarta pared. “Te equivocas, Mauricio Alejandro. Parece que tenemos un espectador que al fin nos va a poner atención, alguien pensante, alguien que se sale de este canon de pensamiento básico y simple, un verdadero crítico de…”

¡Click! Los deportes, el narrador de un partido con mucho entusiasmo “¡Qué sorpresa mi estimada audiencia! o debería decir que no me sorprende en absoluto la reacción indolente y apática de alguien que se ha vuelto un zombie, ¡un verdadero muerto en vida señoras y señores! Debo decir que empezó el juego de la vida con mucho entusiasmo, con ganas de comerse al mundo como dicen, pero predeciblemente se ha ido cansando y desencantando hasta volverse un gusano, un autómata que trabaja de ocho a cinco y pasa el resto del tiempo sin saber qué hacer con su existencia ahogando su vacío existencial en alcohol  y relaciones infructuosas, estamos ante una ciudad hecha de callejones sin salida, a estas alturas ya le falta el aire, el físico le juega malas pasadas y la mente se burla de él. Tendremos que esperar un verdadero milagro para…”

¡Click! Un infomercial con imágenes de paisajes, un paisaje relajante y una voz en off tranquila, casi sedante: “¿Está usted harto de ganar dinero para entregarlo a sus deudores? ¿Está cansado de que su trabajo sea la finalidad de su vida en lugar de un medio para alcanzar su realización personal? ¡No se preocupe! Usted no es el único que se siente así, habemos muchos que estamos igual, fingimos que tenemos sabiduría y experiencia cuando en realidad todos andamos como niños asustados ante el mundo, tal vez la madurez significa no llorar cuando se piensa al respecto y cuando tenemos secas las cuencas de los ojos pasamos noches sin dormir y cuando… "

¡Click! Una comedia de situaciones de esas donde hay varios amigos hablando cómodamente en un café o en un bar, Rachel le habla a Monica entre pausas de risas: "¡Entonces me dijo que era un hombre sin complejos!” - pausa, risa desenfrenada - “Que era muy seguro de si mismo, si lo hubieses visto, en sus ojos se adivinaba el terror” partiéndose de risa, Monica ríe y responde “Así son todos, aparentan seguridad cuando en realidad podrían andar en pañales por la vida, pero da igual porque nosotras estamos igual” las dos ríen a carcajadas mientras la gente está sentada en sus bancos conversando, indiferentes al alboroto a medio escenario. Entra Phoebe y las interrumpe: “Yo no estoy de acuerdo, estoy segura de que sí hay personas que tienen una idea clara de quiénes son y cuál es su propósito en el mundo, aunque solo sea por el privilegio de vivir en un país con mejores oportunidades, tal vez no se necesita tanto dinero ni conocimiento, solo llevar una vida sencilla, trabajar lo suficiente y tener un pasatiempo que te ayude a despejarte, se nos ha metido en la cabeza la idea de que tenemos que ser ambiciosos y conquistarlo todo y si no tenemos esa ambición, esa codicia, somos unos inútiles. Es cierto que la vida es dura, tenemos retos y dificultades pero a la larga eso es lo mismo que le da sabor y que al hacernos viejos pensemos con satisfacción en los obstáculos que hemos superado. Es probable que tengamos que replantearnos todo esto del éxito y la felicidad, ¿Qué tiene de malo una vida contemplativa, sencilla, sin lujos ni mayores aspiraciones que disfrutar los pequeños detalles?”

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